1. El Rojo amapola: el color estrella de la primavera

Hay colores que no necesitan permiso para brillar, y esta primavera el rojo amapola se impone con la naturalidad de quien ha nacido para ser el protagonista. Intenso, vivo, casi floral, este tono ilumina el rostro, realza la silueta y transforma cualquier conjunto en algo especial.

Lo podemos ver en vestidos que flotan al caminar, en pintalabios que capturan miradas y en accesorios que despiertan conjuntos neutros. Pero también, y, sobre todo, se lleva en conjuntos de dos piezas y una enorme actitud, como la influencer Marta Lozano.

2. Las faldas largas (y vaporosas) son el nuevo vaquero

Como si la brisa misma se transformara en tela, las faldas largas vuelven esta temporada con un movimiento que embelesa. Dejamos a un lado los cortes rígidos para abrazar líneas fluidas, telas que bailan con el viento y estampados que parecen contar historias.

Combínalas con camisetas sencillas o camisas de lino, con blazers ajustadas con un cinturón y sandalias de tiras. Son versátiles, cómodas, femeninas... y tienen ese algo que hace que un paseo por la ciudad parezca una escena de película.

3. La estética quiet luxury sigue reinando (pero más relajada)

Hay una belleza silenciosa en las cosas bien hechas, en los tejidos que acarician la piel y los cortes que no caducan. El quiet luxury, lejos de desaparecer, se transforma esta primavera en una forma aún más relajada y honesta de vestir.

Blazers que caen como una segunda piel, pantalones de lino que siguen el ritmo de tus pasos, camisas blancas que siempre, siempre funcionan. Todo ello en una paleta que susurra: blanco roto, piedra, caramelo. No hay prisa, ni artificio. Solo estilo que habla bajito, pero con voz firme.

4. Detalles artesanales: crochet, bordados y tejidos naturales

En medio del ritmo acelerado de las tendencias, emerge una necesidad de volver a lo esencial. Esta primavera nos reconecta con lo hecho a mano, con las texturas que cuentan historias, con las piezas que parecen heredadas o halladas en algún mercadillo del sur de Francia.

Crochet, bordados, tejidos naturales. Todo aquello que recuerda al verano de la infancia, a tardes lentas, al placer de lo imperfecto. Piezas únicas que se mezclan con lo cotidiano y convierten lo sencillo en especial.

5. Accesorios con voz propia: lazos, gafas XL y bolsos “juguete”

A veces no hace falta mucho más que un detalle bien elegido. Esta temporada los accesorios se convierten en el guiño final, en ese acento que transforma un look.

Gafas de sol XL que evocan otras décadas, lazos delicados en el cabello como recuerdo de una bonita infancia, bolsos pequeños que no buscan ser útiles sino encantadores. Jugar con los complementos es una forma de divertirse, de explorar sin cambiar de piel, de decir algo sin tener que explicarlo.