Estilo cowboy: moda atemporal con historia y libertad a cada paso

 

Hay algo en el estilo cowboy que trasciende épocas y fronteras, algo que despierta en nosotros una nostalgia inexplicable, aunque jamás hayamos pisado el desierto de Arizona o galopado en una pradera de Montana. Es un estilo que habla de libertad y aventuras, de una vida que corre bajo el sol, entre paisajes abiertos y horizontes sin fin.

Con nuestro sombrero de ala ancha y unas botas de cuero curtido, nos teletransportamos, galopamos a lomos de nuestro caballo. De repente, caminamos con otra postura, con una pizca de rebeldía en el paso y una sonrisa que insinúa que estamos listos para disfrutar de lo que venga. No importa si estamos en un campo verde rodeado de montañas o en la ciudad, el estilo cowboy tiene la habilidad de trasladarnos a otro lugar. Nos recuerda que alguna vez soñamos con ser libres, sin mapas ni relojes.

El sombrero cowboy, lejos de ser un simple accesorio, se transforma en una declaración de intenciones, un resguardo de pensamientos, un juego de sombras íntimo donde la esencia propia se cobija con la mirada, siempre atenta, de la moda. Este sombrero, en su sencillez, parece guardar secretos y cuentos; historias que pasaron hace ya algún tiempo.

Y, por supuesto, no me olvido de las botas. Esas botas cowboy que esconden bajo sus suelas el peso de los senderos, aquellos ya recorridos y los que están aún en camino. Esas mismas botas que recorren los frescos pastos de una pradera o, indistintamente, se pierden por la espina dorsal de la Gran Vía, como el grupo musical Pereza cantaría.

Top: Mango - Falda: Zara - Botas cowboy: Mustang

Es con esta inocente rebeldía que el estilo cowboy sobrevive día tras día, que aporta un ligero toque revolucionario a los looks más arreglados, un levantamiento silencioso que nos aleja, por unos segundos, del asfalto de la ciudad para dejarnos llevar por una espontanea libertad.





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