Las primeras puntadas dieron forma a unos gorros, luego vinieron capotas, cuellitos, y más tarde, Lumière: su primera colección completa, donde la sensibilidad tomó forma. Marta no forzó la idea de una marca; Maison Gracen le nació de dentro y bajo la esencia de tres pilares fundamentales: sostenibilidad, arte y artesanía. A ellos, Marta añade un cuarto, imprescindible: el corazón. Porque cada pieza que crea está tejida con tiempo, dedicación y amor. "El crochet es como la forma de escribir: cada uno coge la aguja como el bolígrafo. Cada uno tiene una forma diferente, una forma personal, única, de tejer. Quiero unir lo que es un arte tan ancestral como el punto y ligarlo al mundo del arte, la poesía.”

Marta compone sus colecciones como quien compone una pieza lírica: elige materiales de alta calidad como el merino, la alpaca o el algodón egipcio según el clima, el contacto con la piel o el volumen y efecto deseado. “En verano, la prenda toca la piel. Necesita suavidad, frescura. En invierno, el volumen abraza, protege.” Nada es aleatorio. Todo nace de la escucha, de conocer los materiales y comprender su comportamiento.

Total look blanco en algodón egipcio. Crochet artesanal. Maison Gracen

Inspirada por la ópera, la pintura flamenca, la estética escandinava y la naturaleza de las emociones humanas, la diseñadora no sigue las tendencias al pie de la letra, sino que las reinventa desde su visión artística. La moda para Marta no es tendencia. Es respuesta. "No es que ignore las tendencias, pero me guío por impulsos. A veces, simplemente siento que necesito ver un color… como ahora, que tengo necesidad de verde para el verano."

Uno de los momentos más especiales en su trayectoria fue su reciente participación en la Fashion Week. "Estoy todavía como en una nube. Compartir esos días con otros apasionados de la moda fue increíble. Fue terapéutico. […] Una señora de más de ochenta años me hizo llorar de las cosas tan bonitas que me decía. Fue mágico."

Look marrón chocolate con capota bordada. Crochet Maison Gracen

El futuro lo imagina entre bambalinas, le seduce la idea de vestir la emoción en escena: “Si pudiera vestir a una persona lo primero, mi familia, absolutamente. Y, por supuesto, al mundo del arte, sobre todo el vestuario de la película Una habitación con vistas de James Ivory o el vestuario de la ópera Madame Butterfly de Puccini entre muchos.” Y no es difícil imaginarlo, sus creaciones tienen algo de escénico, de lírico, de etéreo…

Porque Maison Gracen no es solo una marca de moda hecha a mano, es una declaración de intenciones. No busca imponer estilo, sino contar historias. Es una firma con alma, hacha para emocionar, para quedarse. En un mundo rápido, Marta teje despacio: “Para mí, el éxito no está en los aplausos, sino en cumplir sueños. Me mueve la pasión. Hacer las cosas con amor es fundamental. Sin amor, nada tiene sentido." Porque Maison Gracen son historias tejidas con alma, con arte, con ilusión. Historias que se quedan en la memoria y visten tu piel dejando huella.

Diseño de capa hecho a mano. Maison Gracen